Cartografía ignorante.

Publicado el miércoles, 16 de marzo de 2016, en ElPeriódico.com.

risto«Nos reímos del Pequeño Nicolás porque admite en televisión que no sabe dónde está Australia, y las búsquedas de la palabra «Australia» se disparan en la red justo en ese momento, qué casualidad. Nos indignamos con los 5 años de conflicto sirio, cuando la mayoría no sabría ni situarlo en el mapa. Y hablando de Siria, nos abochorna el trato que reciben los inmigrantes, mientras el perfil de @hotmigrants triunfa en Instagram a base de mostrar chulazos inmigrados. Parece que el bimoralismo ha llegado para quedarse y ya podemos declarar oficialmente que somos de una pasta en público y de otra muy distinta online. Bienvenidos al paraíso del postureo hipócrita y bipolar, donde la vida íntima y la pública son nuestro Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

De todo, lo que más me fascina es nuestra gestión de la ignorancia. O mejor dicho, lo que hacemos con ella. No hace falta irse hasta Sócrates, el mismísimo Einstein reconoció que todos somos muy ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas. Es de nuestras primeras elecciones importantes: cuánto decides ignorar. Unos deciden ignorar mucho de muy poco, a cambio de saber muy poco sobre muchas cosas, y se llaman a sí mismos generalistas. Otros deciden hacer todo lo contrario, y se convierten en especialistas. Y aún así todos, los unos y los otros, descartamos millones de terabytes de cosas que no sabemos y seguramente no aprenderemos jamás.

Los mapamundis europeos anteriores a la conquista de América eran dibujos completos: lo que no se sabía, se lo inventaban con extraños fosos y animales mitológicos. En cuanto se supo que las Indias no eran las Indias, se descubrió la oportunidad de borrar, dejar espacios en blanco y volver a dibujar.

En algún momento la ignorancia pasó de ser el motor del sabio para pasar a ser la medalla del idiota. Y hoy en día, es casi peor que el fracaso. Morimos antes de reconocerla. El único sitio en el que podrás ver a un paisano admitiendo que no sabe nada de nada, es en un juzgado. O sea, que encima tendrá todos los números de ser mentira.

Igual te ha pasado alguna vez. Estás hablando con alguien y de repente tu interlocutor da por hecho que ya conoces aquello que te acaba de mencionar. Puede ser una película, un libro o una anécdota, da igual. El caso es que tú llegas tarde a corregirle y de pronto ya no procede hacer lo que tocaría: parar, rebobinar y aprender. Las frases se agolpan una tras otra, enterrando para siempre esa oportunidad y ahí estás tú, asintiendo cuando deberías negarte a continuar.

La ignorancia aún nos avergüenza, cuando deberíamos retomarla, abrazarla y reconocerla como lo que es: una oportunidad para borrar nuestro mapa y volverlo a dibujar.»

¿Quieres recibir artículos como éste en tu buzón de e-mail? www.ristomejide.com

7 comentarios sobre “Cartografía ignorante.

  1. Cómo siempre me ayudas a razonar y seguir disfrutando más mi ignorancia de todas las cosas que nos rodeas que a veces por ser cotidianas ni reparamos en ellas gracias seguiré abrazándola, saludos

  2. Bueno…el problema no es ser ignorante o reconocerlo abiertamente. Eso indicaría humildad y conciencia de las propias limitaciones. Hasta ahí de acuerdo. Pero reconocer la ignorancia para además hacer alarde de ello públicamente como se estila hoy día, ese es el verdadero problema.

    Enorgullecerse de no saber algo (los belenestebanistas comprenderán perfectamente) e ir presumiendo por los platós eso es lo que realmente da ganas de llorar.

    Siempre recordaré la viñeta de Mafalda en la que el bruto de Manolito iba estudiando por la calle para ir a un examen, hasta que de repente se para en seco y se pregunta a sí mismo: «¿para qué me sirve a mi saber que el Everest es el río más largo del mundo?»
    Así andan algunos, ahogándose en su ignorancia…

  3. Cada vez que leo una entrada tuya me caes mejor, es de admirar tu crítica (autocrítica si me lo permites) y me lo aplico a mí misma. Gracias por hacernos un poco menos ignorantes, saludos

  4. Si, por favor, deseo recibir publicaciones de Risto Mejide. Gracias

  5. M’encantes! Com ho ignoro t’ho pregunto: tens pensat escriure un llibre amb totes les teves «palabrasderisto»?.

Los comentarios están cerrados.