
Artículo publicado el domingo, 6 de Marzo de 2016, en ElPeriódico.com.

«Si la elegancia es donde dices basta. Si plantarse es comenzar a echar raíces y por fin dar tus frutos. Si la estupidez es sólo la forma más extendida de desproporción. Como la fealdad. Como el recuerdo. Como todo lo que hoy, inexorablemente, vas a olvidar. Y si para avanzar a veces es necesario que te detengan por malvada y peligrosa. Hoy me bajo de mi propia inercia para reflexionar sobre lo que hay que hacer para pasarse de verdad. Cuáles son los cuatro pueblos que, llegado el caso, jamás hay que dejarse atravesar. Si alguna vez te pasaste cuatro pueblos o se los pasaron contigo, éste es el mapa de tu arca perdida, ahí va la hoja de ruta que como diría el poeta, nunca se ha de volver a pisar.
El primer pueblo es un lugar llamado Respeto. El principio de todos los desvaríos. El kilómetro cero de las relaciones hacia ningún lugar. Te diría que así a priori un respeto se lo merece cualquiera, pero tampoco te voy a engañar. El respeto no se exige. El respeto se gana. Y ojo con dónde lo guardas, es lo único que por mucho que tú hayas ganado, siempre te lo van a perder los demás. Basta con una palabra fuera de tono. Un todo lo que eres me da igual. O a veces, basta con tratarte como más idiota aún de lo que ya te sientes. Asumir que pueden tomarte el pelo en tu puñetera cara y encima a ti tiene que darte igual. Y a partir de ahí descender peldaño a peldaño por una herida con forma de escalera de caracol hacia la destrucción total. Créeme, sé de lo que me hablo. Lo he perdido y me lo han perdido más veces de las que soy capaz de recordar. Por eso estoy en disposición de reivindicarlo. Por eso ahora me siento con toda legitimidad. Porque nadie lo echa de menos hasta que de pronto nadie sabe dónde está. Y es entonces cuando es demasiado tarde. Es entonces cuando hay que salir del sistema y volver a entrar, o como dicen los informáticos cool, resetear.
Así llegamos al segundo pueblo que los organismos internacionales bautizaron en su día como Dignidad. La dignidad es respeto en posición de enfado. De ahí viene cualquier palabra que derive indignada. Indignada de cuando no queda ya nada de eso, de dignidad. Cuando alguien la esgrime y la reivindica, eso es que algo muy malo y muy desagradable o bien ha pasado o bien está a punto de pasar. Por eso, pasarse este pueblo sí que tiene principios, pero aún nadie le ha encontrado ningún final.
El tercer pueblo no es un lugar, sino muchos. Porque está localizado en algún lugar del Arrepentimiento, que es como el ombligo, cada uno rodea sólo al suyo, y como ocurre con los ombligos, jamás encontrarás dos iguales, todos tan feos como inútiles. Tuvieron todo el sentido en su día, pero fuimos consciente de ellos en cuanto ya no los volvimos a necesitar. Es la zona cero de la culpa, donde todos los conflictos llegan justo después de firmarse la paz.
Y así es como llegamos al último pueblo. Si te pasas éste, iba a decir que te despidieses de todo y de todos, pero me estaría equivocando, una vez más. Porque este pueblo no es otro, este pueblo eres tú. Cuando ya no te reconoces ni a ti mismo, eso es que te has perdido para siempre y de verdad. Te miras, te escuchas y dices y éste quién es. Ahí es donde tampoco debes cometer el error de rechazarte, porque eso que has encontrado también eres tú. Aunque no te guste. Aunque te dé mucho asco. Aunque tus mapas no llegaran a verlo, aunque tu concepto de ti mismo se haya quedado sin cobertura. Las cloacas de tu carácter huelen así. Son los bajos fondos de tu personalidad. El lugar al que sólo tiene sentido acceder para hacer una cosa: quedarse y ponerse a desinfectar.
Pasarse cuatro pueblos es mucho más que llegar tarde a cualquier pronto.
Pasarse cuatro pueblos es darse cuenta de lo pequeño que eres como ciudad.»
¿Quieres recibir artículos como éste en tu buzón de e-mail? www.ristomejide.com
Ni una palabra de más.
Una definición muy acertada. Que la adjunten al DRAE ya.
Ahora bien, uno sí que puede volver a encontrarse a sí mismo después de perderse. De hecho, es muy probable que nos tengamos que perder en más de una ocasión, incluso si eso significa pasarse cuatro continentes y desinfectar desagües emocionales #unbuenrato.
Formatéate, pon de fondo de pantalla el mapa y no entres en páginas con virus.
La Meridiana.
Me gustan tus aportes y forma de escribir Risto. Enhorabuena!
Sigo al frente del cañon leyendote y escuchandote……
más textos como estos..
Muy bien escrito!
Tremendo.
Gracias Risto.
Fan de tus escritos..
Insuperable. Gracias.
He atravesado los cuatro pueblos y he dejado que me los atraviesen y con ello he aprendido muchas cosas. Como por ejemplo que no voy a volver a permitir que ninguna persona que no quiera aportarme cosas buenas vuelva a tocar ninguno de esos valores. Es un texto brillante… Me ha hecho pensar mucho después de este fin de semana. Y la verdad es que el último es el que más me toca; me echo de menos. A mi misma. Ya no se si me he ‘perdido’ por mi misma o por influencia de otras personas…pero, ¡que lastima! Me quedare con la esperanza de poder recuperar todo lo que en algún momento…en el trayecto por estos 4 pueblos, he perdido….
Uff ya no hablamos ni te ti, ni de mi verdad? Te leo, y no estoy, te busco y no me encuentro, me siento mal. Desolado, abatido.
Con la.certeza de haber echo algo que pagaré el resto de mis días, busco señales y no las has puesto.
Te busco, y no se si quieres que te encuentre.
Hoy no te he visto, pero si te he buscado, con peor final, aun.
Y lo único que encuentro es desolación, que ha.pasado?
Que me he perdido, no quiero que sigas siendo la princesa de otro castillo que no sea el mio.
Aunque sea en mi imaginación…
Se que estas en un momento especial, distinto,nuevo.. y asusta, si, no pasa nada.
Me dijiste que esperará, y te diera tiempo, cuanto más, te leo, y es una lápida, una gruesa y dura lápida, la que se me cae.
Que quieres?
Que Queremos?
Cuanto aguantaremos?
Que necesitamos?
Te vi, lejos…pero te vi.
Y se que tu me viste
Pero quiero que me quieras, y no a distancia.
(espero no ser yo, el poseedor te tu desdicha…y encontrarnos es la única salvación)
Nada me acerca a ti.
Nada.
Dame una señal.
Clara, para bien, o para mal…
De verdad.
No se que hacer.
Tu me quieres, pero yo te Amo.
Desandar lo ya andado…
Esos cuatro pueblos estan comunicados por una carretera que ironicamente se llama «Falta de comunicacion»
Reblogueó esto en misojosvenelmundo.
Muy bueno como casi todos, un saludo.