Manual para superar incluso las buenas críticas.

Artículo publicado el domingo, 21 de Febrero de 2016, en ElPeriódico.com.

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Il.lustració per Leonard Beard.

«A lo largo de estos diez años de vida pública, si algo he cursado ha sido un Master in Critics Administration. Quizás porque yo mismo empecé dedicándome a juzgar a los demás en televisión, quizás porque realmente existe el karma, el caso es que me han llovido todo tipo de críticas y todo el tiempo. Y mira que yo tan sólo hacía mi trabajo, juzgar a concursantes que habían firmado unas bases de concurso en las que pedían ser juzgados, pero eso ahora da igual. Desde que me hice conocido siempre ha habido gente dispuesta a medirse conmigo en plan pelea de machitos alfa. Se ha criticado desde mi pelo —más bien la falta de él— hasta mi presencia en este mundo, pasando por mis gafas, mi pareja, mi estilo de vida, mi ropa, mis ideas, mi ideología y mi apoyo a algunas causas, solidarias inclusive. Así que después de todo, me ha salido un buen callo que a mí me gusta explicar que es inteligentemente permeable, pues dejar pasar algunas críticas y otras no. Después de algún tiempo de pensar que sólo me ocurría a mí, me di cuenta de que no era por ser yo quien era. Me di cuenta de que le ocurría a cualquiera que saltase a la palestra. Y hoy, de hecho, le puede estar ocurriendo a cualquiera que se abra un perfil en una red social. Por eso hoy y aquí, me gustaría compartir casi todo lo que he aprendido al respecto.Il·lustració per Leonard Beard.

Empecemos por lo menos sencillo. Alguien cargado de buena fe te profiere un piropo de lo más desproporcionado e inesperado que te deja con cara de y ahora qué digo, y del que todo el mundo encima parece esperar una respuesta. Dos opciones, o bien no te conoce lo suficiente o bien ya te conoce demasiado. Es más probable lo primero, pues de lo segundo te habrías dado cuenta, en cuyo caso además ya no deberíamos presuponer su buena fe, estarían intentando manipularte o conseguir algo de ti. Así que lo más sensato es acudir a la exageración más absoluta y hacerle caer en su error de manera —digamos— elegante. «Y porque no me has visto desnudo» suele ser mi contestación preferida. Acto seguido, tienes que borrar de tu mente lo escuchado pues corres el peligro de olvidar sólo la circunstancia en la que lo escuchaste y acabar incorporando ese piropo a la imagen que crees que se tiene de ti. Y ése es el primer paso de un inmovilismo que mata. Hay gente que ha muerto por sobredosis de cariño, ahogado en sus propios elogios y ya no ha habido forma de sacarles de ahí. Llámalo muerte, llámalo conformismo emocional, que al caso que nos ocupa, es lo mismo.

Seguimos con algo muchísimo más sencillo. Alguien te insulta, te increpa o incluso te amenaza de muerte. Normalmente lo hace de manera bien cobarde, por las redes sociales y escondido tras un alias, jamás con su nombre verdadero. Yo me suelo divertir a su costa, pero no es de buena persona. Mejor no les dediques ni medio minuto. Las redes sociales permiten algo que ojalá ocurriese en la vida real: bloquear. Bloquea cada día a algún idiota, si puedes a varios pues mejor, verás lo bien que sienta. Y luego, si se ponen muy pesados o si es una amenaza seria, además denúnciales.

Más. Los que te envidian. A estos se les reconoce enseguida. Son los que aparecen sólo cuando te va bien. Haz lo que quieras con ellos. Yo les suelo dejar ahí ahogándose en su propia bilis y contemplando el espectáculo. Intento darles más de lo que se supone que no quieren ver, pues a cada uno hay que darle siempre su merecido.

Y por último, la crítica útil. Ésta es la que debes atender y guardarte. Atender porque es fácil dejarla escapar. Guardarte porque es la que te permite mejorar. Y ojo que no sólo vendrá de tus buenos amigos, que también. A veces será un comentario fugaz de parte de un enemigo. A veces un unfollow en las redes sociales o aún peor en la vida, que duele más.

Sí, ya sé que lo que queda bien es decir sé tú mismo y un puñado de frases célebres de Kurt Cobain y compañía. Pero la verdad es que la innovación y el desarrollo de un ser humano pasa siempre por la mirada atenta del único radar plausible y fiable: los demás. No todos los demás, sino algunos de los demás. Los que emiten esa crítica útil.

Además, la manera de identificarla es muy sencilla: escuece como nunca y no necesita recurrir a la ofensa para ofender. Si estos quieren y además pueden, es porque han tocado verdad. Hay que agradecer a sus autores que se hayan tomado un momento de su tiempo para permitirnos mejorar como personas y/o profesionales. Y la manera de agradecérselo no es otra que esforzarnos hasta dejarles sin motivos y obligarles a hacer algo aún más doloroso: cambiar de opinión.»

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8 comentarios sobre “Manual para superar incluso las buenas críticas.

  1. Hola Risto,

    me has hecho acordarme de una buena canción de Bob Dylan: Disease of Conceit, del álbum *Oh Mercy*.

    Gracias por el nuevo artículo, saludos¡

    Albert Valdes albertvaldes.c@gmail.com M. (0034)676369394

  2. La crítica va en relación al que la emite. Mirate en su espejo y sabrás quién te habla y si esta es constructiva o destructiva. El tiempo se encargará de darle la utilidad que en principio no vemos, o no queremos ver.
    Saludos! Tú sigue «risteando» que de lo demás se encarga Papá Tiempo.

  3. Reblogueó esto en galucontiy comentado:
    #Blogsinteresantes #Artículosconsentido #Lacrítica y #Laautocrítica

    «Los que emiten esa crítica útil…» Nunca más de acuerdo con cada una de las cosas que escribes, Risto. Y me inspiras, una vez más para reflexionar…

    Porque me llevas a pensar, que se debe ser un receptor con las orejas bien abiertas. Descomponer el mensaje palabra por palabra, sílaba a sílaba, prestarse a la reflexión, descomponer los valores propios, hacer contorsionismo en el mensaje recibido y si el mensaje sirve, si lleva razón, ser capaz de rehacerse como si un@ fuera plastilina entre los dedos de la propia conciencia y así, hacerse mejor o sentirse mejor. No para los demás ni por los demás, eso será un efecto secundario.

    Gracias.

    Gabriela

  4. #Blogsinteresantes #Artículosconsentido #Lacrítica y #Laautocrítica

    «Los que emiten esa crítica útil…» Nunca más de acuerdo con cada una de las cosas que escribes, Risto. Y me inspiras, una vez más para reflexionar…

    Porque me llevas a pensar, que se debe ser un receptor con las orejas bien abiertas. Descomponer el mensaje palabra por palabra, sílaba a sílaba, prestarse a la reflexión, descomponer los valores propios, hacer contorsionismo en el mensaje recibido y si el mensaje sirve, si lleva razón, ser capaz de rehacerse como si un@ fuera plastilina entre los dedos de la propia conciencia y así, hacerse mejor o sentirse mejor. No para los demás ni por los demás, eso será un efecto secundario.

    Gracias.

    Gabriela

  5. Decía Lincoln: «Tiene derecho a criticar, quien tiene un corazón dispuesto a ayudar». Muchos somos los que utilizamos la crítica pero muy pocos construyen algo bueno con ella. Ojo también con los elogios, pues algunos están cargados con peor munición que una crítica aparentemente destructiva.

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