Artículo publicado el domingo, 5 de Junio de 2016, en ElPeriódico.com.

«Soy de letras. Y me niego a contraponerlas a los números, porque incluso los números son mucho más números cuando se expresan con letras, pues no se pueden sumar, ni restar, ni operar con ellos. Son entonces números irreductibles, números con nombre y apellido, números de pleno derecho, números con identidad. Son tres, cinco, diecinueve. Son treinta y dos, cuarenta y uno y sesenta y seis, que si fuesen personas físicas estarían intentando fardar de rancio abolengo por aquello de ponerse una Y.
Sí, soy de letras. Veintisiete elementos básicos que conforman el universo conocido de todo lo que podemos llegar a percibir. El que dijo eso de que una imagen vale más que mil palabras, a parte de quedarse a gusto, está claro que no había abierto un libro en su puñetera vida. Los que amamos la lectura sabemos que lo más frecuente es justamente lo contrario. Que una misma palabra sobre el texto correcto, colocada en la trama oportuna y emergiendo entre frases adecuadas, se acaba descomponiendo como el haz de luz sobre el prisma, dando así lugar a toda una gama de colores en los que cada tonalidad pinta de forma diferente cada mente, cada cerebro, cada interpretación. He hablado de un mismo libro con gente a la que admiro y respeto, y sólo coincidimos en el título y el nombre del autor. El resto, era otro contenido. Otra lectura. Otra realidad. Cada uno lo completó a su manera, porque cada uno puso algo distinto de sí.
Supongo que igual que la percepción selectiva hace que te fijes más en aquellas cosas que más te afectan, cualquier lectura también viene condicionada por tu contexto, tu entorno más inmediato, el momento de tu vida y por supuesto, tu predisposición a mirar para empezar a ver. Porque en un libro, no sólo pones la imagen, también la cámara, el encuadre, la iluminación, el casting, la localización y hasta —muchas veces— el estado de ánimo de los personajes. Jamás me creo a nadie que diga que tiene mucha imaginación o que es muy creativo y sin embargo no le guste leer. Una de las dos premisas suele ser falsa. Bueno, suele ser no, una de las dos premisas, seguro, es falsa.
El gran Juanjo Millás, el día que presentó en Madrid mi libro Urbrands, me sorprendió con una relectura que ni yo mismo me había planteado jamás. Supongo que eso es lo que hace a un escritor ser tan grande como Millás. Que incluso cuando lee, escribe. Es tan grande, que a veces incluso se dedica a leer las palabras que hay detrás de una imagen. Vale, él está a otro nivel, por eso Millás es Millás. Pero te juro que desde ese día, a mis lectores os considero coautores de todo aquello que no vi porque estaba escribiendo. Igual que al conductor no se le puede pedir que se fije en el paisaje que está dejando atrás, por el simple hecho de que debe ir al volante y fijarse en la carretera. Porque de lo contrario sería muy irresponsable por mi parte, una temeridad.
Pero es que el ser de letras tampoco acaba ahí. Cualquier texto demuestra que está vivo incluso sin necesidad de cambiar de lector. Basta con que pase el tiempo suficiente. He leído el mismo libro con dos edades diferentes, y había dejado de ser el mismo libro. En algún momento durante esos años, mi vida reescribió líneas que en la primera lectura ni siquiera había visto. En ese sentido, un buen libro es una ventana sobre la que, por esos caprichos con los que juega la luz, de pronto se refleja tu propia imagen. Claro que puedes ver más allá y descubrir lo que los muros de tu ignorancia impedían ver hasta entonces, pero también puedes reenfocar la mirada para verte a ti mismo y descubrirte un poquito mejor. Te ves a ti mismo sobre un fondo nuevo, con lo cual el descubrimiento siempre acaba siendo temporal.
Soy de letras porque he comprobado que una palabra tuya basta para sanarme. O para empezar una guerra. O para romper una civilización por la mitad. O un matrimonio. O cualquier verdad. Soy de letras porque creo en la palabra perdón. Y en la que no se dice pero se escucha, también.
De ahí que coleccione definiciones. De ahí que me compre siempre más libros de los que jamás seré capaz de asimilar. Y de ahí que cada año aproveche cualquier excusa para plantarme ante mis lectores, ante cada uno de vosotros y os pueda ya no escribir, sino por fin leer. La cara, la vida, vuestra verdad. Soy feliz cuando leo lo que habéis escrito a golpe de vida tomando como pretexto cualquiera de mis textos. Soy feliz cuando compruebo que hemos pasado tanto tiempo juntos, tiempo del que jamás fui consciente hasta que os conocí. Ah, por cierto, hoy caseta 144 de 12 a 14h, y caseta 188 de 19 a 21h, Feria del Libro de Madrid.
Soy de letras. Y por eso escribo, por eso leo y por eso releo cualquier cosa menos lo que ya escribí. Escribo para saber lo que siento, leo para seguir creyéndome que aprendo y releo siempre para despedirme convenientemente de quien alguna vez fui.»
¿Quieres recibir artículos como éste en tu buzón de e-mail? www.ristomejide.com
Benditas palabras las tuyas!
Grandes verdades Risto.
Me pasa que cuando te leo…no puedo parar…siempre me quedo con hambre …y a la vez provocas en mi ideas y mas ideas…
…Y si se tratase de integrar las letras con los números?? ;P …Buenísimo de todas formas …Gracias
Hay letras. ..Y después está nuestra historia.
Te he visto, has subido como una bala…
Mañana quiero hablar, Y después verte. Moveremos el mundo de arriba a abajo, y de lado a lado.
Para conseguirlo…
Pd; hoy no estaba sólo.
Yo soy de escribir y hablar.
Y mostrar mis sentimientos, y aquí estoy sentado, pensando que hacer a partir de ahora, sigo, Me apeo, Te espero, te persigo, dejo que tu estado continúe su camino, Me interpongo…o no?
Dejarlo todo, todo. De un día para otro, no.
No puedes querer, amar, y sentir algo tan grande, y decirle ya no más.
Acabaré en una cuneta. O en un psiquiátrico, o simplemente me tendré que ir de este mundo deprisa y haciendo todo el ruido posible…
Si, lloro al ir y al venir, al salir a correr, en la ducha, al pasar la escoba, cuando escucho esa canción, cuando no te puedo tocar…
Si
No pasa nada. No es malo siento que sigo vivo, que suele, quiero seguir.
Pero eso es sólo, lo que yo quiero
Lo que da miedo es, lo que quieres tu?
Eso cuesta de pasar. ..de asimilar ..
Quiero hablar contigo.
Quiero verte.
Te quiero.
Te amo.
Quiero saber.
Risto, m’encanta com escrius. Rebo cada setmana els teus textos via email i és increible la fluidesa de les teves paraules. L’últim text l’he estat llegint sentada sola davant d’un canal de Londres i l’he disfrutat fins a la ultima lletra.
Per això i pel que fas, gràcies!
Ver esa sonrisa, vale la pena.
Valoro ese espacio, la manera de protegerme, pero quiero más.
Quiero que seas tú, relajada, y sincera.
Siempre te guardas algo, no es tiempo de tapar nada.
Me resigno aún, guardando un poco de cordura.
Te Amo.
Pd; me encantan esos pies. Que Guapa estas.
Tengo muchas preguntas, Y tengo mucho tiempo, algo q compartimos, tiempo.
Creo que siendo sincero te pediré ayuda, sea cuando sea q leas esto, porque se que me lees Risto, necesito algo, algún texto, una mano, ayuda.
Releer es de sabios, pero algunas veces, nos hacemos incultos, o estúpidos ante situaciones clave, o mejor dicho, Cobardes.
Lo primero es ser claro con uno mismo, y consecuente, y lo último de la lista es pedir clemencia, o suplicar, y no quiero.
Quiero luchar, pero no se como, Dime algo que pueda funcionar, por favor Risto.
Pd; mañana seré fuerte, y valiente. Estaré ahí, cerca y pronto.
Pd2; abreme la puerta por favor.
Y esa cara de tonto que se te queda, si que es para empapelar una vida con letras
.
.
.
tu intentando enamorar, bueno, suplicando amor, no ya carnal ni efímero. ..
Sino de ese del que sólo se puede hablar, Y bajito por que da miedo…
Pues eso.
Con cara de tonto …
Donde estas…
Risto date prisa. .. se me escapa.
O eso o habreme los ojos…
Que puedo hacer..
Eliges esa ropa para decirme que no me quieres…
Menos mal, que esa sonrisa va de la mano…conmigo.
Risto, corre que me queda cada vez menos.
Y si, creo q ese punto de vista externo, el, puede darme una pista o un camino a seguir.
Pd; no sólo adivinó tu perfume, se lo que piensas con mirarte. Y hoy. Te ha faltado poco para aceptar un beso.
Que carrera más extraña. Tu en contraposicio n a mis sentimientos.
Te Amo
Escribías esto,
No hace mucho…
Esa persona existe, y depende de ti que os lleguéis a encontrar…¿pero en qué condiciones? ¡ya no somos adolescentes que justifican sus locuras con un: “no lo he podido evitar…soy joven e inexperto”
No es cuestión de querer, sino de responsabilidad…de asumir y ser consecuente.
No dejo que manejen mi vida, pero igual si han conseguido que cambie algunos aspectos de mi persona, muy a pesar. Pero no dejo de sentir. De ser yo. De quererte…y amarte con el alma. Aunque no lo veas…
Existe, la persona que alborota mi día a día y lo hace todo fácil existe…y eres tú. Y no te quiero perder….
Y ahora me pregunto; que somos?
Me has dejado?
Me has perdido?
Que esté no te entiende. Q es de letras