Dos piedras.

Artículo publicado el domingo, 22 de Febrero de 2015 en ElPeriódico.com.

risto22-2-15
Il·lustració de Leonard Beard

«Sólo tropiezan los que están avanzando. O dicho de otro modo, la única forma de evitar un tropiezo es quedarse quieto. No moverse de donde se está. Tropezar, por lo tanto, es una buenísima señal. Señal de que las cosas se mueven. Señal de que te diriges hacia algún sitio. Lo que es malo en la vida no es tropezar, sino quedarse ahí, tirado en el suelo. No volverse a levantar. Y ya no digamos lamentarse. Autocompadecerse. Lloriquear.

Lo que ocurre cuando tropiezas, todo el mundo lo sabe, porque todo el mundo lo ha vivido alguna vez. Lo más humano es sentir una cierta sensación de ridículo. Ojalá que nadie me haya visto caer. Qué bochorno. Calla, que me levanto enseguida y aquí no ha pasado nada. Natural.

Lo siguiente es buscar la causante del tropiezo. Encontrar la piedra. Reconocerla. Tu cara me suena. Culpabilizarse por no haberla visto antes. Y darse cuenta de nuestra miserable e inefable humanidad. Es entonces cuando todo el mundo lo veía venir. Es entonces cuando surge el yo ya te lo dije. Maestrillos del día después, que no se dan cuenta de lo mediocre que resulta llegar tan tarde.

Y hablando de mediocres, bajo cualquier piedra aparecen siempre los gusanos. Las larvas. Los bichos. Personajillos acomplejados y torturados desde bien pequeñitos, cuando en el patio del colegio ya canjeaban su bocadillo por un par de collejas. Suelen ser los más cobardes de la clase, los que jamás se atreverían a decirte nada a la cara, gallinas que con el tiempo han desarrollado una visión deformada del mundo, pues piensan que todos estamos pendientes de sus pataletas. Por eso andan buscando a ver quién se ha caído últimamente para acudir a la merendola de buitres, porque sólo saben alimentarse del presunto derrotado, porque ellos jamás han creado nada que haya tenido éxito, porque son incapaces de triunfar por sí mismos y porque se sienten acomplejados ante el talento ajeno. En el fondo les encantaría formar parte de la fiesta, ser incluso tus amigos, vivir lo que tú has vivido, en realidad es una forma de envidia, pero claro, el rechazo sigue ahí, y como respuesta al rechazo, ellos han decidido rechazarte a ti. Pero piensa que no es contigo. Es con la vida que jamás tendrán.

Como no pudieron ser interesantes, se convirtieron en pedantes. Como las chicas se reían de ellos, se hicieron los misóginos; no es que yo no les guste a ellas, es que ellas no me gustan a mí. Como no han dado un palo al agua en su puñetera vida, se volvieron clasistas, racistas o xenófobos. Y como nadie les aguantaba ni en su propia casa, se fueron a vivir de la primera caverna mediática que les subvencionó, oye tú que luego igual esto desgrava. Por ponerle un nombre al azar, yo lo llamo Complejo de Sostres, no me preguntes por qué.

Bueno sí, pregúntamelo, va.

Pues resulta que Salvador Sostres fue mencionado en mi ya añorado Viajando Con Chester. Fue el gran chef David Muñoz, quien me contó que en años de profesión, el único comensal que se había negado a pagar la cuenta había sido justamente él, Sostres. La conversación siguió por otros derroteros mucho más interesantes, pero por lo visto, para Sostres, el hombre que no pagaba en los restaurantes, la cosa no quedó ahí. Al día siguiente, la productora del programa me hizo llegar el número de móvil y la petición de Sostres para hablar conmigo. Según me trasladó la productora, su intención era “aclararme lo que realmente sucedió”. Y a mí, que me encanta conocer gente interesante, cultivada e inteligente, no me quedó otro remedio que declinar amablemente la invitación. La explicación, le dije a la productora, se la debe al chef, no a mí.

Durante los siguientes días, los mails con las peticiones de Sostres se fueron sucediendo, hasta que al final imagino que el personaje desistió. Pero claro, supongo que el rechazo empezó a crecer de nuevo en su interior. Nos cruzamos físicamente un par de veces por Barcelona, que en realidad es un sitio muy pequeño, y el personaje en cuestión me vio, me esquivó y no me dijo ni mú. Lo que yo te diga, “semejantes invertebrados” (sic) no atacan nunca de frente. Siempre a tus espaldas. Cuando no estás. Y esta semana, tras mi salida de Viajando Con Chester, la bilis ha corrido en forma de tinta por su columna a la que por cierto, le tengo un aprecio especial, pues me parece más que cómica, hilarante. No es sólo que me haya criticado a mí, que ya ves, llega tarde, llevo años saliendo criticado de casa. Es que además se cree que puede con gigantes como Luis del Olmo o compañeros de periódico como Jordi Évole y Ana Pastor, gente que le viene tan grande que antes de ni siquiera mentarlos debería aprender a lavarse la boca con agua y jabón.

Todo esto no hace más que darle lo que él quiere, pensarás. Y es verdad. A los bichos no hay que darles visibilidad. Porque es justamente lo que buscan. Vuelve a dejarlos bajo dos piedras. Tápalos bien y deséales un algo feliz. Si hoy te los destapo no es para hablarte de ellos, sino del síndrome que lleva su nombre.

Aléjate del Complejo de Sostres. No porque sea contagioso, qué va. Sino porque nadie que sufra ese complejo ha hecho nada importante en la vida. Jamás.»

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15 comentarios sobre “Dos piedras.

  1. Sin duda…hay personas cuyo único motor motivacional se basa en esperar que los demás caigan. Esperando… sentados en la mesa con cuchillo en mano para descuartizar los errores ajenos y alimentarse de ello. Al final acaban cebados de odio, envidia, ira y rencor.

  2. Dices ignorarlos pero «le» dedicas uno de tus escritos .No hay mayor placer para el que te quiere ver jodido que saber que lo estás y el concepto que tienes de caída para mi es erróneo .Si para ti caer es hacer esos números de audiencia que hacías ,la gente que te sigue ,admira…No todo está bajo nuestro control ,pero puedes irte orgulloso .Piensa bien en esto ¿Quién a sufrido la perdida? .Un saludo .

  3. Déjate de mariconeos, aplícate tu teoría que comparto 100% y a otro éxito que los que están hechos para triunfar no tienen tiempo para gilipolleces de los que tienen tiempo para criticar. A tu siguiente movida, mejor que la anterior y listo.

  4. Grande Risto!!! Haz alguna cosa pronto en la tele para subir el nivel. Y si puede ser endomingo mejor. El mismo día. Ana, Jordi y Risto obliga a tirar de internet para verlo todo.

  5. POR ESTOS LARES, LO QUE DECIMOS ES QUE «coja dos callados (piedras de playa)», y se TRILLE los TESTÍCULOS.
    AMÉN.

  6. Ves Risto,cada uno se queda del articulo, con lo que le hace pensar..me quedo con «solo los que tropiezan siguen avanzando». Y tienes mucha razon..conocemos mucha gente «bichos», «parasitos» a lo largo de la vida. ..pero al igual que tu has hecho con Sostre, no se merecen ni.mi tiempo ni mi energia.

  7. ¡JAJAJAJAJA: A LOS BICHOS, NO HAY QUE DARLES VISIBILIDAD!
    ¡ESTE BUEN ESCRITO DE RISTO, VALE MÁS QUE UNA TOSTADA CATALANA, CON TOMATE Y JAMÓN!

  8. como dice la canción: Una piedra en el camino, me enseñó que mi destino, era rodar y rodar, despues me dijo un arriero, que no hay que llegar primero, pero hay que saber LLEGAR…………..y Risto llega.
    Amén.

  9. Me encanta escucharte, ya en el programa que decías las verdades a los chicos, me conquisto tu hacer

  10. Pues mucha razón tienes en este artículo. La vida esta llena de esas personas bicho, «xupòpters» o «sangüjieles» como yo los llamo. La felicidad de los demás los hace infelices.
    Mi última entrada también va de personas tóxico-bichas. Os dejo aquí el enlace por si os animáis. http://www.ysifueraella.com/apaga-la-luz-que-no-veo/

    Y a pasar de bichos y gusanos. Las piedras mejor no levantarlas. Es caca, como les dicen a los críos.

Los comentarios están cerrados.