Me lo estáis preguntando mucho. Siempre quise empezar un texto así. Pero es que en estos momentos es más verdad que nunca. A raíz de presentar Todo es Mentira, me han pasado dos cosas.
La primera, que me han tildado de rojo y de facha a la vez. De progre y de conservador. De capitalista y de comunista. De vendido y… bueno, de vendido. Me enorgullece -o igual me engaño en- pensar que eso significa que algo estoy haciendo bien.
Y la segunda cosa que me ha pasado es que muchos se han interesado por mi voto. Y aunque todos sabéis que es secreto, como para vosotros no tengo de eso, (qué trending topic me siento diciendo eso), ahí va mi confesión.
Pues mira, depende. He votado izquierdas y he votado derechas. Aunque también he votado verdes y hasta animalistas o incluso en blanco alguna vez.
Y al final, me he llevado un solo aprendizaje: cuando voto izquierdas, sé que me van a decepcionar y cuando voto derechas, sé que me voy a arrepentir. Por lo que leo, parece que a vosotros os ha pasado lo mismo, aunque sea con otras opciones políticas.
Y es que en este país, votar es elegir entre la decepción y el arrepentimiento.
Dura decisión.