Y para qué sirve votar.

Publicado el miércoles, 20 de enero de 2016, en ElPeriódico.com.

Captura de pantalla 2015-09-03 a la(s) 19.21.55«Y para qué sirve votar. Eh. Dígamelo por favor, que ya no me acuerdo. Eso sí, no me cuente historietas sobre democracias y dictaduras, que esas ya me las sé. La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer órdenes. Jodido Bukowski, siempre dando en el clavo conceptual. Y tampoco me diga que es la herencia de un griego, que se me ocurren todo tipo de chistes para dar y tomar.

Y para qué sirve votar. Si, como zanjó Thomas Huxley, los resultados de los cambios políticos rara vez son aquellos que sus amigos esperan o que sus enemigos temen. Si los nuevos no hay para tanto ni los viejos tampoco se van. Si, como hemos visto en Catalunya, un número 4 puede cederle el puesto a un 3 para acabar siendo un 1. Y no me diga que aquí son elecciones parlamentarias, porque ya no tengo edad para que me digan qué dedo me tengo que chupar. Si usted aún se lo cree, tengo muy malas noticias. Aquí la poltrona importa mucho más que aquello para lo que te han elegido. Y si no, miren a Gómez de la Serna y díganme si alguien le quería renovar. O a Pedro Sánchez y a Mariano Rajoy en su carrera por llegar primero a la Moncloa, y vuélvanme a explicar que no son elecciones presidenciales. Já.

Y para qué sirve votar. Si cuando ellos ya tienen tu voto se dedican a traficar con él. Y así nos luce el pelo, atónitos y mudos ante este top manta electoral. Porque se dedican a pactar con aquél a quien tú jamás habrías votado. A cederles senadores clave. O incluso a modificar aquello que juraron jamás tocar. Cuando ya no tenemos voto se olvidan de nuestra voz. Y se limpian el culo con nuestro voto. Diego se llama Digo. Y aquí paz y después gloria. Todo sin el pueblo, por fin sin el pueblo. Que les den, hagamos y deshagamos cuatro años más.

Y para qué sirve votar. Aparte de para que nos digan que hemos votado mal. Que no les gusta cómo lo hemos hecho. Que así no hay manera de gobernar. Menuda sociedad democrática estamos hechos, que por no saber ya no sabemos ni depositar nuestro voto en una urna. Total, un gobierno paralizado, un país en funciones y más meses perdidos hasta la siguiente convocatoria electoral.

Y para qué sirve votar. Si al final haremos lo que ordene Bruselas. Callar muy fuerte, apretar el culo y rezar. Que para eso nos están esperando. Que lo tienen muy claro nuestros socios. Tendremos que volver a recortar. Más de diez mil millones, dicen. Presida quien nos presida. Y rapidito, lo que viene siendo ya. Así que elijan al monigote que más les guste y envíenlo bien domesticado, que ante esta fuga de capitales y esta bajada de la bolsa alguien tiene que actuar.

Que ya ha acabado nuestro simulacro de democracia.

Ya pueden volver los que jamás dejaron de gobernar.»

 

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5 comentarios sobre “Y para qué sirve votar.

  1. Ni tan claro ni tan oscuro. Con una transparente opacidad, asistimos al circo cotidiano. El Sálvame diario democrático. Sin embargo lo que mas duele, es la continua demagogia, no ya de los nuevos, sino de los que nunca se irán. España es cobarde, o es lo otro. Por eso no hubo mayorías reales. Por eso la ley está de parte de la confusión y no de la decisión.
    Lo triste es que el slogan de que a todos les importa la ciudadania y no ocupar sillas ni puestos, hace aguas al asistir día a día a este panfleto barriobajero de feria pueblo. Todos son responsables de no saber gobernar juntos. Porque ese sería el verdadero cambio.
    En todo caso, vamos a elecciones o tendremos a un Pedro Sanchez que no se cansa de autorepetirse que EL, es el verdadero cambio (no sea que se le olvide o incluso de que se dé cuenta de que no es así).
    Mariano Rajoy, ya está fuera de toda discusión, como un leproso moral, abandonado incluso por sus propias filas, que miran hacia otro lado.
    En definitiva, España es cobarde en el voto, o todo lo contrario.
    A ver si se llega algún día a tener un rango dinámico superior.

  2. Votar sirve para extender el brazo un domingo electoral y dejar caer un sobre en un frasco cuadrado diseñado a tal efecto. Votar sirve para trasnochar ese domingo en espera de saber unos resultados que nunca dan perdedores. Esperar responsabilidad de lo votado por la ciudadanía es como esperar el tren en una estación inexistente. Pese a ello hay que seguir votando, tiene ese encanto de contar con la incertidumbre, de que la imaginación desborda toda realidad, como si vas al restaurante y pides la sopa de pescado de primero, el muslo de pavo con verduras de segundo y en vez de postre me pone un café, y por contra te traen los canalones de la abuela de primero, lomo de bacalao al ajillo después y un tiramisú para acabar, y eso sí, el café te lo pides después.

    Votad, votad malditos!!!!!

  3. Trafican con nuestros votos. Me gusta. Igualito como el que se quiera vender una cuenta de Instagram o como cuando Facebook decida transferir sus legales pero regaladas informaciones, léase bases de datos (por obligación… ¡Ai! Acceptación. Eso. O no se nos autoriza la entrada) por nada 4 duritillos o dólarcillos… Sinembargo, votar parece ya un acto más de obligación y no de pasión. Desde luego. Los traficantes de sillas, quiero decir, votos… Total, lo hacen por 4 céntimos de Euro también. Y claro ese poder ye les da la clase y notoriedad y un sueldo que quizá nunca tendrían. Claro. Para esto sirve votar, si registrase en cualquier red social, sea la que sea, es lo mismo que ir a votar.

  4. Gran lucidez, certeras palabras. No se puede decir ni más alto ni más claro, a pesar de que ya nadie nos escuche. Parodia de la democracia que una vez soñó alguien…

  5. sigue siendo el ansia de poder, pero tranquilos en breve los periódicos se inundarán de las posibilidades de ganar al Eurocopa de fútbol y asunto zanjado, ¡que más da quien nos gobierne si metemos un gol¡

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