Lo que yo te diga.

Artículo publicado el domingo, 11 de Enero de 2015 en ElPeriódico.com.

risto11-1-15
Il·lustració de Leonard Beard

«Lo que yo te diga, ponlo en cuarentena otras cincuenta noches. Lo que yo te diga, acuérdate de olvidarlo por ahí. Haz oídos sordos mientras me escuchas. Y quizás así, y sólo quizás, lograrás hacerme entender. Y quizás así, y sólo quizás, lograré hacerte explicar. Que nadie te eche cuentas sobre lo que yo te diga. Porque serán palabras que fueron tomadas prestadas. Y eso es mucho más triste que pedir y mucho menos honrado que suplicar. Lo que yo te diga, sí.

Lo que yo te diga será siempre válido, que no verdadero. Es lo que pasa con la lógica, que le gusta jugar al escondite con las palabras, amagando significados hasta que ya suele ser demasiado tarde para emocionarse. O demasiado pronto, vaya usted a saber. Sofismas del corazón. Pero es que a veces, para llegar a una conclusión verdadera, es imprescindible partir de premisas falsas. Los expertos en filología natural -también conocidos como matemáticos- lo practican constantemente. Supongamos que tú y yo somos pareja. Supongamos que nos querremos para toda la vida. Supongamos que además lo cumplimos. Supongamos que no deseamos a nadie nunca más. Que evolucionamos juntos. A la misma velocidad. En la misma dirección. Y ahora, suponiendo eso, veamos qué sentimos. Porque lo que nos pase por dentro sí que será real.

Jamás busques la coherencia entre todo lo que yo te diga. Porque la coherencia es como la presencia, la vida o la libertad de expresión: sólo nos acordamos de ella cuando ya ha sido transgredida, cuando se la echa de menos, cuando ya no está. La coherencia es base, paisaje, fondo de armario. Si aún no tienes nada en tu armario que desentone, no te mereces ni segundas rebajas. Porque para ser coherente con uno mismo, a medida que te haces mayor y coleccionas pasados -que es lo mismo que ir criando hermanos pequeños que pretenden adelantarte en edad- es imprescindible ir cambiando de opinión. Corregir el rumbo. Desdecirse, pasar la vergüenza de contradecirse y rectificar. Y porque el compromiso con el destino es incompatible con el compromiso con el camino. Donde ayer dije digo acabo diciendo lo que más se parezca a lo que quiero decir hoy. La eficacia es enemiga de la eficiencia. Y el resultadismo, de la veneración del proceso. Tan absurdos los dos como imposibles de optimizar a la vez. Un conocido director de Hollywood daba a elegir a sus productores dos de las tres opciones posibles: coste, calidad o plazo. Tú elige qué dos factores pretendes controlar, porque el tercero se te disparará en el peor de los sentidos posibles.

Tampoco te importe demasiado la consistencia de lo que yo te diga. Demasiado a menudo, mis propios argumentos no se sostienen ni sobre el bastón de tu silenciosa condescendencia. Ya me doy cuenta de que no hay por dónde pillarlo, de que no te lo crees ni de coña, de que al final nada tiene demasiado sentido, de que de aquí a diez minutos podría decirte lo contrario con la misma convicción y seguridad, y tú volverás a callar y a esperar pacientemente a que me dé cuenta. Y sin embargo, igual necesito pasar por ahí. Como quien sabe que ya ha cerrado la puerta y la luz, pero necesita comprobarlo una vez más.

Por último, piensa siempre que lo que yo te diga te lo digo siempre porque creo que es lo que tú en realidad querías oír. Si no te gusta, habérmelo hecho saber, que para eso están los sondeos. Ahora es demasiado tarde, princesa. Porque este mensaje lo has pagado tú. Y éste. Y éste también. No es casualidad que lo que yo te diga lo llames propaganda. Porque propagarse, lo que es propagarse, sólo se propaga el fuego, las epidemias y cualquier elemento que todo lo queme, que todo lo vuelva cenizas o cadáver hasta consumirse incluso a sí mismo.

Por todo ello y porque durante este 2015 sobreelectoralizado te lo diré muchas veces y de muy diversas urnas, recuerda esto.

Desoye todo lo que yo te diga. Desóyelo y quédate sólo con lo realmente importante.

Y qué es lo realmente importante, te preguntarás. Te lo resumo en cinco palabras cinco.

Lo que yo te haga.»

¿Quieres recibir artículos como éste en tu buzón de e-mail? Suscríbete a ristomejide.com.

15 comentarios sobre “Lo que yo te diga.

  1. Hola amigo Risto.
    La familia es la que te toca, pero los amigos los elige uno mismo, y a ti te he elegido de amigo. A pesar de que me costaba digerirte al conocerte, poco a poco me empecé a fijar en los hechos, y no tanto en las palabras, y ahora tus palabras son hechos que me ayudan y me acompañan, y en esta contradicción consiste esta amistad no mutua, pero gratificante para mi.
    Gracias por compartir parte de tus pensamientos y ayudarme a ser un poco mejor persona.
    Un saludo, Risto

  2. Un tal R.W. Emerson dijo: «Lo que haces habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices», pues eso, parece ser que en esta sociedad, hay profesionales del gritar y no hacer nada. Lástima que no hagamos oídos sordos a esos gritos….

  3. Para desoir hay que primero oir y lo que es más difícil, escuchar. Luego me hago mi tesis pero primero tengo que escuchar muchas opiniones y equivocarme mucho. Generalmente varío la tesis a mi conveniencia (ventajas de ser uno mismo consigo mismo). A medida que cumplo años, escucho muchas y todas me parece que tienen su punto. Me debo de estar haciendo tolerante o, mejor dicho, mayor. Saludos

  4. He leído el artículo y te lo digo con cariño, Risto, me acabas de fragmentar el cerebro. Cuando me recupere quizás vuelva a comentar, o no. No me has convencido/seducido hoy. Puede que mañana sí lo hagas. Un saludo.

  5. Querido Risto,

    El Lunes parece que grita que está vivo…Se cree necesario y nevando en este lado del mudo se cree imprescindible, quizás sea el único que no sufra de desencanto. La canción que suena me gusta porque me recuerda que la lógica no existe ya que me provoca indigestión emocional. Como la «libertad de presión» porque otra cosa no existe…Es como ver a Rajao en París defendiendo algo que ha prohibido en España. Qué lógica tiene eso querido Risto?. Por eso las próximas generaciones serán: «Generaciones desencantadas». Generaciones que busquen excusas para no contradecirse ni mucho menos rectificar. Por el lado emocional es como querer a las personas que están lejos y nunca podrás tener cerca ya que no tienen más remedio que vivir en su propio cuerpo, por mucho que los llevemos dentro ellos nunca se enteran…Y eso tiene mucho desencanto. En fin tienes razón «decir» y «hacer» no son lo mismo…Es como «mirar» y «observar» se parecen pero no tienen nada que ver, son verbos incoherentes y que nos desconciertan, hasta que entiendes que tienen las costuras de la vida por dentro. A veces no decimos lo que llevamos dentro y eso nos hace callar o desencantar. A veces no hacemos lo que decimos…Pero si rectificamos es gracias al super poder de «escuchar». Ese verbo siempre se manifiesta de manera rebelde, resistente y vulnerable y de manera noble siempre acabamos aprendiendo y recuperando la ilusión.

    La lógica es como la religión, la verdad es que solo creo en las buenas personas…Lo que más admiro de las personas, no es que rectifiquen sino que verdaderamente sean humanas. Aunque hay presencias totalmente invisibles pero parecen totalmente palpables, así que de nuevo me reafirmo: La lógica no existe! estoy segura que hasta las matemáticas se mueren por mostrar sus impulsos y no ser tan exactas. A estas alturas ni teorías, ni reglas ni creencias…Siempre he sido más de unicornios…Puede que algún día mis latidos sean pequeños infartos, puede que cada vez que parpadee tenga un sueño…Puede que nunca he sabido a donde voy…Pero la velocidad es de vértigo querido Risto, espero que esta vida solo sea un simulacro…Y lo bueno esté por hechizarnos a todos.

    Hace tiempo que no venía…No pude comentar tu último Chester…El trabajo y la salud no me lo permitieron. Espero que pronto regreses con más viajes con tu nave conversadora. Y espero que no sea nada esa fractura que parece que te has hecho…Que te cuides querido Risto!, en este lado del mundo nos caemos mucho en el hielo, y a veces nos rompemos algún que otro hueso 🙂 pero el super poder de la sonrisa lo cura todo.

    CP: Hasta hoy no existe una palabra que pueda sustituir un abrazo…No es lo mismo decirlo que darlo sin duda, pero el encanto está en sentirlo aunque no pueda darse 🙂 sigo confiando en las palabras no tengo remedio, una palabra justo a tiempo a veces es mejor que un hecho. Pero es bonito contradecirse, buenas noches querido Risto a -20 grados no puedo pensar demasiado en los hechos…Hay silencios que gritan tanto que los leo y me estremezco, prefiero hablar siempre, el silencio se lo dejo a las mariposas… Que el 2015 sea un año de encanto para todos…

    Hasta cuándo seremos Charlie? una pena que el humor sea una profesión de riesgo…

  6. Risto el malo por decir verdades, ojalá todo el mundo aprendiera a decir la verdad, lo que piensa.. Pero vivimos en una sociedad de apariencias, mentiras, intereses, cobardes que se creen mas inteligentes que al que engañan cuando en realidad se mienten a ellos mismos..

  7. Si fuera tan sencillo no sucumbir ante aquello que esperas oír, si fuera tan fácil como esperar a que el puzle se encaje delante de ti, si no tuvieras que esforzarte en abrir la cortina y saber analizar lo que ves, o lo que no ves… Si fuera tan sencillo, no te daríamos el valor que mereces.

Los comentarios están cerrados.