
Publicado el miércoles, 28 de octubre de 2015, en ElPeriódico.com.
«Pase lo que pase el próximo 20-D, hay algo que seguro va a pasar y que aún no veo que se esté comentando demasiado, quizás porque no interesa darle mucho bombo, o igual porque no se considera suficientemente importante, no sé.
Lo que está claro es que ocurra lo que ocurra, dos formaciones políticas podrán sentarse en el Congreso de los Diputados por primera vez, y no serán dos incorporaciones cualesquiera. La Carrera de San Jerónimo acogerá en su más insigne institución a dos equipos nuevos capitaneados por sendos novatos que llegarán cargados hasta los dientes con el arma de persuasión masiva que les habrá llevado hasta ahí: la palabra.
Son los Gorgias y Protágoras del siglo XXI. Gracias a Gorgias destapamos las limitaciones de muchos tertulianos televisivos que iban de enterados hasta que alguien les indicó su lugar y sobre todo, el color de su discurso. Y gracias a Protágoras, muchos han descubierto que existen ligas de debate universitario, profesores como José Carlos Remotti y algo muy útil para la vida llamado retórica.
Dos políticos de la misma quinta que, aún sin coincidir en el contenido, sí han hecho de la forma su punto en común. Dos maestros en la esgrima verbal. Séptimo dan del cómo, aunque difieran sustancialmente en el qué. La prueba es que habrán convencido a suficientes españoles aún su nula experiencia previa en órganos de gobierno estatal. Y allí estarán, debutando, como el 60% de los parlamentarios del hemiciclo catalán.
Ansío ese momento. Sí, ya sé que la política es mucho más que expresarse bien, y que sólo con buenas intenciones no se cambia nada. Pero también hemos visto que es muy difícil hacerlo peor que los que había. Ahora nos toca disfrutar.
Porque pase lo que pase, creo que será muy bueno que los políticos de antes, los que llevan toda la vida aferrados a la poltrona, se vean cara a cara con los nuevos senséi de la discusión, aunque sólo sea para que alguien les pueda afear a la cara la cantidad de indecencia que hemos tenido que aguantar hasta ahora en silencio. Por fin alguien les va a desmontar. Y lo hará con estilo. Con charme.
Entrarán los tropos en San Jerónimo, y nosotros estaremos ahí para verlo. Metáforas, hipérboles, sinécdoques, y sobre todo ironía, muchísima ironía. Tropos, que en su origen significaba dirección. Que ya que nos van a estafar, al menos que lo hagan con arte.
Y a aquellos que minimizan el efecto de la palabra, recuerden que la retórica no consiste en expresarse bien en público; eso es oratoria. La retórica consiste en convencer al otro, o si no, no existe, no es tal. Y ahí sí que andamos muy necesitados. Políticos que no sólo quieran convencernos, sino que ante todo y sobre todo, sean todo unos maestros en el noble arte de escuchar.»
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te echaba de menos esta semana..
Te siglo viendo en el rincón