
Artículo publicado el domingo, 19 de Julio de 2015, en ElPeriódico.com.

«Odio la playa. Con todas mis fuerzas. No puedo con ella. La arena pegada, el calor sofocante, el olor a pies y a sudor ajeno, la masificación, el ruido, las pelotas de plástico, las sombrillas, las colillas, las señoras que gritan, los señores que fuman, las botellas de plástico, y que el único remedio sea meterte en el agua del mar consciente de que las ballenas expulsan 1350 litros de semen fuera de su pareja en cada eyaculación o más de 970 litros de orina en un solo día, y aún que eso es aportación natural, como si fuese lo más contaminante que se llega a verter.
Eso sí, respeto muchísimo que a la gente le guste meterse ahí. No voy a tratar de convencerles. El problema viene cuando espero el mismo respeto de vuelta. Y especialmente en este país.
Conforme se acercan los días del verano y la gente empieza a comprar números para el melanoma, mi piel da evidencias de que algo no va según lo previsto, lo que es bueno, lo que debería ser, y es entonces cuando empiezan las preguntas incómodas. ¿Estás bien? Se te ve paliducho. ¿Te lo has hecho mirar? Ah, que no te gusta la playa, ¿y por qué? Pero si es genial… Eso es que no has encontrado tu playa…
Y ahí ando todos los años sin excepción tratando de justificar por qué no me gusta lo que no me gusta, como si fuese un apestado, alguien a quien hay que tenerle lástima u otorgarle urgentemente una subvención. Me ocurre lo mismo que con los fines de año, verbenas y otras fiestas de guardar. Momentos en los que no es que tengas que pasártelo bien haciendo lo que quieras, no, es que tienes que salir de fiesta sí o sí. Momentos en los que la forma pasa por encima del contenido, momentos en los que el cómo importa más que el qué.
Siempre hay quien te dice que entonces te metas en una piscina. Pero es gente que no entiende nada, el problema no está sólo en el dónde, sino en el qué. Pasarte horas al sol es, junto a picarse los genitales con un punzón de hielo o presentarse de candidato en UPyD, una de las torturas más improductivas y estúpidas que se me ocurren hoy por hoy.
Por más que me pongo, no lo consigo. Estoy unos minutos y enseguida tengo la sensación de perder el tiempo. Cojo un libro. Intento leer. No hay postura más incómoda que la del lector lagarto. Se te duerme la mano tratando de taparte el sol mientras la otra intenta que no se te pase la página por culpa del viento. Brisa marina, perdón. Y ya no digamos si el ejemplar tiene más de 400 páginas, como me suele ocurrir con los que me gustan. Me doy la vuelta. Pero mi columna vertebral retorcida en posición cobra tiene un límite y sobre todo un umbral de dolor. Paso al periódico, que aunque sea más liviano, parece desmontarse más fácilmente con el calor. Ah entonces recurre a la tableta. Claro, cuando inventen la pantalla que no requiera dejarte la retina en intentar ver algo bajo la luz del sol. Nada, me pongo nervioso y acabo siempre intimando más de la cuenta con el tipo del chiringuito. Dios salve los chiringuitos.
Pues oiga, no. Yo odio la playa en verano. Y ya está. Especialmente en verano. Porque me gusta la playa en invierno, eso sí. Pasear por la orilla bien abrigado es de las cosas más bellas que se puede hacer. Y una buena chimenea con vistas al mar. Insuperable.
Porque no sé si ha quedado claro que odio la playa. Pues no vayas, pensarás. Ya, pero entonces tengo que aguantar la exclusión social desde la montaña. Píllate un barco. Te lo regalo, yo me mareo. Y además, por qué. Porque en verano hay que estar en el mar sí o sí. Porque si no, no eres persona, puede que hasta te retiren el carné de ciudadano español o catalán o barcelonés o lo que seamos a estas alturas ya.
Me encanta Barcelona, pero no soporto que lo primero que me digan sea siempre que es una maravilla porque tenemos el mar al lado. Pues no.
A mí me encanta Barcelona a pesar de su playa.
Especialmente ahora.
Especialmente ya.»
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Siento lo mismo respecto a la playa.Me pasa hace unos años, antes era de la población-lagarto…
Soy una #sunhater casi nueva.;-)
Me encanta, has descrito a la perfección el sentimiento de muchos «apestados». Vayamos a la montanya a dormir fresquitos, sin masificaciones y sin tener que hacer un perímetro de toallas y hamacas a tu alrededor para que no venga una familia numerosa a poner sus bártulos encima de tu toalla perfectamente estirada y sin un granito de arena.
Casi, casi podría haber escrito yo esto 🙂 soy de piel pálida, vamos blanco lechoso que pasa a ser pantera rosa o langosta o bombilla puticlub así que he tenido que aguantar muuuuchos comentarios (que darían para un artículo) acerca de mi color blanco en pleno agosto jajajaja
Ah y llevar un libro a la playa, para mi es un sacrilegio, por Dios, que el papel con el calor se estropea jajajaja
Y soy de ciudad con costa jajajaja
Y? Que quieres decir con ésto? Con este artículo esta claro que la playa no te gustará pero las vacaciones seguro !!
Querido amigo. Cambia de playa y de zona.
Te recomendaría, por ejemplo, Asturias. Las playas mas molonas que te puedas imaginar.
La playa no es arena, pies y tipejas vuelta y vuelta. Hay un millón de cosas interesantes que se pueden hacer. Incluso playas prácticamente vacías de gente. Allí puedes ser todo lo cursi que quieras y mirar al horizonte pensando donde te llevara el destino.
¡¡Bueno, buenísimo!! Has acabado con mi mala leche de lunes (ja, ja…) Pertenezco a tu especie, detesto la playa en verano y lo peor es que al ser mujer todos dan por sentado que tengo algo que ocultar (que, también, oye…) pero que NO ME GUSTA LA PLAYA.
¡Cómo me has echo reir! tal cual… sí señor…
Jeje, ha estado bien. LA verdad que la playa en verano, si está petada de gente es más bien poco atracativa. Pero si está sin gente es genial, siempre y cuando el sol no esté de chulito. La arena la verdad que si es muy fina es un engorro… ese roce entre dedos es un poco desagradable.
En la zona de Blanes (no recuerdo si toda la costa en esa parte de Cataluña) la arena no es tan arena, son más bien piedritas como guisantes creo recordar y no se pega, eso sí que me gustó.
Hay que decir que no todas las playas son de arena y no todas las playas están petadas en verano. Sobre todo esas a las que no se puede lllegar en coche.
Pero para gustos….sabores.
Muy bueno !
Te entiendo y comprendo y, aunque comparto contigo todos los incovenientes que tiene, voy cada día. Nado hora o hora y pico. De Llafranc, de las boyas del puerto camino a Calella de Palafrugell. Es indescriptible la sensación de estar el mar y yo. Nadie más. Luego, de vuelta, a los incovenientes que tú nombras. me seco un mínimo y me voy. Pero que eso no me lo quiten.
Muy bueno tu artículo.
Mariona
Y, las cosas que NOS GUSTAN?, degustamos, COMEMOS, JARTAMOS, EMBOSTAMOS,…, que flotan en el LIBRE MERCADO GENERADOR de la TORMENTA real aunque invisible, o mejor, NO QUEREMOS ver, de MISERIA y ESCLAVITUD GLOBAL, destructora del MUNDO RURAL EXTENSIVO, para el beneficio de UNOS POCOS con el apoyo INSTITUCIONAL para la IMPLANTACIÓN de las EXPLOTACIONES AGRO-GANADERAS INTENSIVAS, altamente contaminantes, Y QUE tiran de las extensivas SÓLO par CUBRIR los CUPOS que les exigen LAS DIRECTRICES EUROPEAS, en contra de LOS EXTENSIVOS. AMÉN.
A mí, como a ti, no me gusta la playa en verano, pero sí en invierno. Por eso sí que me gusta que Barcelona tenga mar, para disfrutarlo cuando para los demás hace demasiado frío :).
Me pasa lo mismo, no me gusta la playa y peor es viviendo en una isla donde van todos en cuanto hace calor a destruir su piel de blanca nobleza para convertirla en plebeya enferma.
Hay 1.260.000.000.000.000.000.000 litros de agua en el planeta puedes bañarte sin miedo al semen de la ballena… es más…sin riesgo a quedarte embarazado. Los señores también gritan y las señoras fuman. Por lo demás estoy de acuerdo.
a mi me pasa lo mismo con las masificadas, pero por los niños no me queda mas remedio que llevarlos, a ellos les encanta, te recomendaría que visitaras las islas cies en vigo, arena blanca y nada de gente, un paraíso
Recibe un saludo y animo por como estas haciendo todo, me gusta mucho el programa , pero te confieso que es muy tarde. un saludo desde vigo.
Estoy de acuerdo que odies la playa que tu pintas , pero si vinieras al sur verias esa playa por la que paseas en invierno, te invito en verano a ver algunas y te garantizo que nunca mas diras odio la playa , eso no quiere decir que no quieras pisarla en verano !!!!! Tus playas por supuesto!!!!!!
Totalmente de acuerdo…jajajaja…y siendo cubana cuesta decirlo en público…Odio todo lo que acompaña a la playa…en verano…cuando está a tope. Pero si lograras estar en una playa con no más que tu grupo de amigos a partir de las 6 de la tarde?? eso sólo lo hemos conseguido en cuba, y si mola!!!!!!!!! pero está al alcance de poco 😉
Muy bueno. No solo por la playa, te puede gustar más o menos pero es verdad lo que dices, parece que si no has ido a la playa no has tenido verano. A mí si me gusta la playa, cuándo más, a partir de las 7, porque un buen atardecer en la playa vacía es un pequeño placer que yo, viviendo en Madrid, intento disfrutar una vez al año.
Parece que si no haces lo que toca eres un bicho raro. Somos sociales, nos gusta sentirnos aceptados por el grupo, de ahí lo de nochevieja, verbenas y fiestas de guardar. Si te sales del grupo, te excluyen. A mí me pasa cuándo digo que no he leído y no pienso hacerlo ni ver 50 sombras de Grey, apesar de todas las opiniones que he oído de que es una m…, si sigo que no me interesa, me miran raro. Creo que, cada vez más, la gente necesita sentirse parte de algo. Yo comento con la gente de mi generación (de 40 y pocos) que, cuando éramos adolescentes, al menos en Madrid, había diferentes grupos, punkies, rockers, mods, pijos de pirata, incluso hippies.Ahora, no soy capaz de diferenciar 2 tendencias. Todas las adolescentes me parece que queden para comprarse la misma ropa e ir al mismo peluquero. Pues con la moda del sol pasa igual. Incomprensiblemente para estos tiempos dónde nos bombardean con todo lo que tiene que ver con salud, bienestar, dietas para alargar la vida, anticáncer…, que cuides tu piel no poniéndola al sol, no está de moda. Sin embargo, nuestras abuelas y bisabuelas utilizaban productos (algo así como Bella Aurora) para verse más blancas, para que su piel no delatara su origen humilde.Supongo que esta moda pasará, yo no lo veré, y seguiré yendo a la playa (con mi sombrilla, mi silla y mi lectura) a disfrutar de las olas, paseos por la arena y de su atardecer, porque es lo que me gusta, esté de moda o no. Saludos de una que está fuera de la red.
Yo adoro la playa, pero no la piso en todo el verano por eso mismo. Pero me encanta la playa, ver el agua del mar. divisar el horizonte y ver algún velerito navegando, caminar descalza por la arena e ir tocando el agua, mientras mis perruchis corren y saltan y nadan.
Yo también odio la playa… Lo que me gusta eres TU
Yo también odio la playa y el sol. Nada mejor que la montaña, una cabaña, una chimenea y mucha tranquilidad 🙂
Yo tambien la odio. Todos los veranos me toca ir a cadiz (tierra y gente magnifica pero para otra epoca), mi mujer tiene familia alli. Pero no me siento como apestado, sino como ser inteligente que no desea ir donde el rebaño. Aguanto los 15 dias de playa y el resto del año ni la toco. Por otro lado, Risto, eres tan claro que la gente lo confunde con ser cabron, dices las cosas como muchas veces Son, guste o no guste, eres un crack. Un saludo a tod@s.
Soy Mami de familia numerosa, vivimos en Asturias, adoro el Cantábrico, su fuerza, su vida, nací en Madrid y, después de conocer la maravilla de disfrutar de algo gratis, natural y saludable, no podría vivir en un lugar sin mar. Sin embargo comparto contigo ese desprecio por la masificación, por el vuelta y vuelta al sol, por la poca atención que se le presta a algo tan fabuloso como es el mar. Yo, con el tiempo, he conseguido aislarme de la gente, de sus sombrillas, de su olor a crema, de la falta de consideración a la hora de poner la toalla…y me dejo envolver por el sonido de las bravas olas cantábricas.
Por cierto no todas las familias numerosas somos iguales…yo procuro que mis hij@s respeten el espacio de los demás, ya que a ell@s también les gusta que se lo respeten.