Artículo publicado el domingo, 1 de Diciembre de 2013 en ElPeriódico.com
«Cada año arranco diciembre una cifra más lejos de lo que pone en mi DNI. Cumplir un 29 de noviembre te hace tener amigos casi siempre mayores que tú, esperar muy poco o casi nada de los regalos de navidad, tardar hasta enero en responder correctamente cuando alguien te pregunta la edad y aguantar las tonterías que año tras año se dicen sobre los sagitario. Por lo visto, somos imaginativos, arriesgados, impetuosos, nobles y un tanto egocéntricos. Nada, ni puñetera idea. En realidad, mamá, queremos ser artistas y perdemos unicornios azules día sí, día también.
Sin embargo, como en todos los cumpleaños de cualquier mortal, durante ese día tan como cualquier otro, la frase que más te llega no es cómo te sientes, ni cada cuánto te aman, ni siquiera cómo te lo has montado para llegar con vida hasta aquí. La palabra que más escuchas no es otra que felicidades. Así, en plural. Como si no bastase con una, la gente que te quiere intenta desearte muchas. Y tú encima te ves obligado a darles las gracias.
Si lo piensas bien, deberías pedirles que especificaran. Porque si te desean muchas y no mucha, eso significa que existen varios tipos de felicidad. A bote pronto a mí me salen, como mínimo, cuatro.
Para empezar, está la felicidad del que no da para más. Es la felicidad del iluso, del idiota, del inconsciente, la del lirio en la mano del inocente inocente. Es la felicidad que carece de tanta maldad como de información. Es la felicidad del que ni sabe ni, por más que se esfuerce, jamás sabrá. El que no se inquieta porque no puede. El que no se plantea porque no tiene con qué. Benditos, envidia me dan. Eso cuando no me siento uno de ellos, claro.
Después está la felicidad del que ya le está bien. Es la felicidad del conformista. La del ir tirando. La del no nos podemos quejar, la del que vive en un eterno día de verano. Son los felices que mi abuela llamaba felicianos. Y así no se puede ir por la vida, solía rematar. Son todos aquellos que, por más que te esfuerces, jamás cambiarán. Y desde luego, nunca esperes que gracias a ellos, las cosas cambien. Lo cual me lleva al cambio como fuente de infelicidad. Pero eso daría para otro artículo.
A continuación está la felicidad postiza. Es una felicidad impostada, de sonrisa de boda, de político en campaña, de cara a la galería, más de quita quita que de pon pon. Es la que hemos consumido desde pequeñitos, la que Disney nos ha contado que hay que perseguir en esta rueda del hámster que son los anuncios publicitarios, las películas americanas y novelas del todo a sien. Es la felicidad sin pedos ni señales, sin mocos ni cuñados que ganen más que tú. Es la felicidad que caduca a los 90 minutos, y que no resiste ya no una mudanza o un hijo, sino la triste secuela de un domingo por la tarde.
Y por último, si tuviéramos que redondear esta feliz lista, estaría la felicidad que es resultado de una decisión. Es la más difícil, pues no depende de nadie más que de quien la padece. La que hay que recordarse a uno mismo todos los días. No es la felicidad del que más tiene, sino la del que menos necesita. Tampoco es la felicidad del que más recibe, sino la del que más da. Es la felicidad del que ama sin remitente. La del que ha decidido sentir sin cobro revertido.
La felicidad del inconsciente no se puede recomendar, pues como hemos visto, no depende de nuestra propia voluntad. Para practicar la felicidad conformista tendría que empezarse por cambiar algo, cosa incompatible con un ser feliciano. La postiza no queda nunca creíble si no viene acompañada de un presupuesto de varios millones, guion bien pedorro, una Julia Roberts cualquiera y directo a DVD. Y la felicidad decidida, al ser consecuencia directa de eso, de una decisión, jamás puede ser un deseo, sino en todo caso una exigencia y un compromiso personal con la alegría de los demás.
Por lo tanto, sólo me queda una explicación: en realidad no estaban deseándome muchas felicidades por mi cumpleaños, sino que intentaban regalarme la definición más importante de mi vida. Con los nervios, que dan hambre, se comieron el espacio en blanco entre «felicidad» y «es». Y puesto que de lo que se come se cría, al intentar completar la frase, todos se quedaron justamente así.
En blanco.»
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Ahora cada vez que me digan «felicidades» lo voy a ver de otra manera!
Querido Risto,
Que no se te olvide que como eres del año 74, eres un tigre según el horóscopo chino…Pero en fin tus defectos y virtudes a parte de las estrellas te los vas gestionando tu mismo. El que no hay perdido aunque sea los estribos no sabe cumplir…Y cumplir siempre es ganar. Yo hace tiempo que le puse nombre a ese verbo y para mi es un «simulacro» así que se tiene que felicitar en plural porque no cumples una vez al año, sino cada día….Por lo que el término felicidades es el adecuado lo único que solo te lo dicen una vez al año. Así que felicidades por tus 39 simulacros que si los multiplicas por 365 días del año, pues no quiero parecer una azafata del 123 pero la de amaneceres que tienes cumplidos…Así que no te sepa tan mal cumplir…
Está muy bien que identifiques hasta cuatro tipos de felicidad….Eso es porque por lo menos crees en un tipo. Yo no creo en absoluto en la felicidad, es normal que incluso tú te olvides de los que no creemos, somos como el mes de Abril de Sabina olvidados en el cajón para siempre. Unos discapacitados emocionales que ni siquiera tienen derecho a su propia plaza de parking reservada…Pero eso si cada minuto que logramos de alegría ha sido logrado por voluntad propia o a veces gracias a la magia. Porque una cosa positiva tenemos, no creemos en la felicidad pero si en los unicornios….
Que cada día sea un bonito simulacro, y que tengas muchos éxitos con tu libro en plural porque cada día cuenta :)…yo ya me voy tengo que palear un fondo blanco eso es verdad, en este lado del mundo estamos en blanco la mayoría del año, pero a veces vemos los unicornio correr entre la nieve…
Buenas nochessssssss 🙂
vaya mejide buen articulo,me gusta te podrias dedicar en vez de quererte hacer famoso por la pequeña pantalla,eso no es para ti,ademas la gente te conoce de sobras y vales muxo mas por lo que escribes,conociendo muxos de tus escritos,criticas etc no me pensaba que caerias en el mundo de la farandula……………hay que ganarse la vida como sea verdad……………..un placer mejide
Molts d’anys!!!
A= X+Y+Z (Felicidad= Trabajo+Suerte+Silencio)
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
Pudiera ser … que no sé …
,
Si esa fórmula feliciana es de Einstein .Trabajar con esfuerzo en lo que crees, aceptar que por el azar los resultados no serán siempre los que buscaste, y hacer todo ello en silencio sin quejarte o dejar de perseverar. En resumen Voluntadddddddd…Pero la felicidad no existe es sólo una ilusión óptica. 🙂
Un abrazo,
… me temo que pillas algo mayor … y demasiado vivo … 😉
(demasiada sandía del Mississsippi últimamente)
… pues si bien el unicornio es mitológico: la felicidad puede llegar a se mitoilógica …
… ergo existe ! y además de vez en cuando … hasta piensa …. y todo … 😉
… sobre si es de Einstein, …. otro día (no creo que a Feli» le moleste ahora dejarlo así) … 😉
………………………además: …………………… loooo saaaabeeeeees ………………
……… otro, …………………………………….
Bumbadabaum ………. !
looooo saaaaabeeeeees ……………. 😉
arriba – up! ése ánimo ……………………………. !
…………………,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,
…. comento breve y (desafortunadamente pudiera ser o resultar) algo más abajo de la pág.
eso: ……………….. ,
Ser Felices es tal o cual ? … venga ya … !
si hasta los dioses del olimpo inventaron el culebrón …
Creemos en algo en virtud de su presencia … no de su ausencia …
podemos, ejercitarnos … disciplinarnos … asentarnos incluso ..
diversión … realidad e hijas y nietas varias … conocimientos .. botellas de ron …
Pero: alegría … verdad … sabiduría … tesoro ahí en dónde …
… ejercitarse en la tristeza o el dolor, no conduce necesariamente a abrazarlos …
Será que la Felicidad perenece a esa demasiada tela de cosas que ….
no se dejan ver a fuerza de ejercicios: no hay quien nos la venda, por más que se empeñen
(las marcas de colonias …que tampoco somos tan tontos, ni las compramos por eso)
Las cosas más preciadas se manifiestan, caprichosamente o no, pero tal y como son al completo …
y además, entre presencias con las que no contábamos, esa es su Grandeza = La Nuestra.
Felicidad, no tiene por qué ser la bien hallada en usencias de cosas demasiado presentes …
Ni la gran ausente … porque sólo buscamos cuanto no tenemos presente ..
Cosas hay para dejar que se manifiesten … sólo entonces sabremos que
… ahí, justo aquí, estan: son justamente eso y nada más.
Tampoco debemos pedirles que se instalen para siempre … ni perseguirlas entre horas …
(eso es para loterías, orgasmos y afanes varios, esta Navidad en …)
Nos pedimos demasiado en virtud de presencias y ausencias y es lo humano …
… así mismo, mísmamente: no somos ni seremos nunca fracasados en modo alguno…
Bienaventurados los … al margen de credos y adoctrinamientos …
y … dejar que algunas cosas se manifiesten …
Creo …………. pudiera ser, ya lo diré … quéde claro: no me parece fácil …
Por cierto: Muchas Felicidades ……… que es lo que se dice …
y …………… Felicidad ………………
por lo del cumpleaños y eso …..
¡Mis felicitaciones Risto!Aunque se que vienen bastantes atrasadas.(Yo también hace poco que cumplí años …).Solo quiero decirte que te leo con frecuencia y siempre has sido uno de mis referentes a la hora de escribir, y créeme que lo seguirás siendo…¡Un abrazo!.